viernes, 29 de octubre de 2010

Paraguaná




Un mechurrio de fuego petrolero hería el cielo de mis noches tempranas de Paraguaná, recuerdo el olor que desprendía el mismo cuando avisaba la llegada del temporal, suelo rajado que moría en la espera del estrepitoso tambor que tocaba un dios arriero de chivos y de cabello ensortijado, quebradas, dunas, buches y lefarias , Paraguaná, Paraguaná, mujer ocre que solo ha dado
y siempre en la espera de sus hijos.



1 comentario:

L.Valentina dijo...

Bello el poema, me hizo recordar lo bella que es mi tierra, mi linda Paraguaná.