domingo, 1 de agosto de 2010

Donde está mi país?


Grandes esfuerzos, gigantes iniciativas y un grotesco entrampamiento, una imposibilidad a crecer y salir con madurez de nuestros problemas más comunes. Somos capaces de vivir encima de nuestras riqueza materiales y vivir en la inopia y la más lacerante ignorancia de las teclas a tocar para salir de este estado. Estamos dibujando un proceso difícil y tratando de entramar una estructura que permita crecer y reevolucionar hacia el equilibrio más cercano y humano posible, son tantas las cosas y los entuertos genéticos que hay que analizar, que se me hace imposible expresar algo más o menos empático y no odioso para los que si habitamos este espacio, venimos de un accidente histórico lleno de vísceras y dominios, tenemos una responsabilidad histórica en las manos y no nos damos cuenta , vamos a ver... Disfrutamos los que podemos, del orden casi facista con el que funcionan otras latitudes, lo celebramos y decimos que eso es lo que debería ser en nuestra casa de apenas doscientos años, pero acá buscamos evadir impuestos, aligerar con dinero algún trámite ante el estado que por supuesto funciona mal, buscamos modificar los sumarios cuando no nos asiste la razón y qué decir, si el otro es un desvalido social o de pocos amigos en la administración pública, "comprar lo que se pueda comprar y robar lo que se pueda robar"... "En la obra tal que va de acá para allá le pones un tanto de porcentaje para que salga rápido el pago y podamos librarnos de los acreedores lo demás es ganancia"... Hay que burlarse de todo y estar más o menos felices dentro de fortalezas antimalandros donde podamos en familia, comernos este mal oliente botín que arrope la buena educación de mis hijos en colegios decentes con maestros y sacerdotes de pulcra reputación y si son del Opus mejor, ¡ese Escrivá de Balaguer era casi un santo!. Sabemos que somos un país naciente y brillante por esa mixtura cultural que tenemos y que tratamos de enterrar día a día con nuestra asistencia sistemática al Mall y poniendo las barreras nacesarias entre nosotros y la otra parte u "otredad", ¡que diversos, que talentosos, que brillante somos! y esperamos que alguien de afuera lo medio diga para creerlo, ¿qué estamos esperando para ser? Explotar en colores y dejar la verguenza de ser a un lado y ponernos a trabajar y a escucharnos atentamente sin puñaladas traperas y sin dobles discursos, debemos estar alertas en casa , en familia , fortalecer nuestros vínculos con los entes que se encargan de la educación de nuestros hijos mas allá de nuestras narices , observar menos televisión y dejar de creer que los artistas son los de las novelas y los anclas de los noticieros. Salir, recorrer el país, gritar donde haya que gritar y escribir lo que debe ser escrito, pintar y aprender de una vez por todas que nuestros padres y abuelos si son artistas y cronistas de nuestra historia menuda y familiar, amarnos y entendernos sin altisonancias. Estoy seguro que viéndonos, entendiéndonos y coloreando el futuro de todos los colores, tendremos a la postre un espacio de todos y no tendremos que acudir a esa pregunta que ese noble maestro de la palabra hizo hace algún tiempo cuando "los aires ya no eran Buenos Aires" y "la noche del jabalí" tenía en penumbras todo el cono sur, ¡adelante compañeros! nos vemos en el espejo.

1 comentario:

Ana Cristina Bracho dijo...

Artista mis respetos. Compañero mi mano. Por construir lo que nos falta y por soñar sin detenernos. Si los burocratas siguen en su juego y los niños en los malls y los curas en las escuelas, te regalo mi fuerza de mariposa para que no te sientas sólo en los esfuerzos. Un beso del alma mi querido tavo.