jueves, 23 de diciembre de 2010

Fredy Reyna padre y maestro

Fredy Reyna fotografiado por su padre Federico Reyna hacia el Año 1920 aprox.


Mamá esa noche de 1981 en Paraguaná me sacó de un tigre que tenía papá en el club y me llevó a un concierto memorable y de onda huella en mi, esa noche la hizo un cuatro y sus referencias históricas, pirotécnicos chistes que me hicieron llorar de la risa, abrió su chistera de madera y de repente todos levitábamos en la cuerda floja entre la locura y la razón, cuatro, vida, memoria, identidad, arraigo, país y compromiso, ese dia me dio el testigo y el no se dio cuenta, soy continuación de su entrega a la historia, piel de su sonido, alumno persistente y siempre tiene algo que dejarme en los dedos del corazón, nos vimos siempre desde aquel día ,Lolita me enseñó la mágia de su inquietud de niño en sus juguetes y pinceles, sus lentes raros, sus cuatros,su historia nacida en 1917 y para siempre vivo entre bordones y primas, un te de rosas me convocó al encuentro con sus hijos de carne, de cuerdas tuvo un montón, ya se estaba despidiendo con los colores propios de un duende, un día verdiazul salió corriendo detrás de un trensito de plomo que tenía y se escondió para siempre entre sus colores, muñecos y recuerdos.

Gracias Maestro por ser y estar, no existe un solo día que no esteis en nuestro verbo y sonrisas.