Los ruidos de la avenida se colaban hacia la ceja abierta de la puerta del apartamento y chocaban igual que las imágenes del televisor blanquinegro de la sala, allí papá , mamá y el futuro hecho hembra, sueños y sonidos que se acoplaron sigilosamente a nuestra cotidianidad de juguetes de lata y tablas medio dispuestas que hacia un escenario improvisado , las tardes extenuantes, el colegio que nos agotaba día a día, las regueras desafiantes de revistas y adornos de fieltro... la calle que era de nosotros y también de nuestros amiguitos, el día era un engendro medio católico y la otra mitad inclinada en casa hacia la zurda que nos encaminó hacía los rostros de un país que estaba agotado de individualidades y oídos sordos , nos despertaba para entonces el frescor del sereno mañanero y nos acostaba la oscura noche, desde aquel tiempo somos los mismos, desde aquel tiempo amamos y respetamos la vida, tradujimos para siempre la infancia y la vivimos hasta que se nos acabe el cuerpo, solo sabemos de compromisos y lealtades, de colores y travesuras con bolígrafo, nos juntamos desde siempre y empuñamos el canto y la guitarra, somos felices...amamos el barro y su capacidad de reinventarse en la vida y en la muerte, creemos en todo lo que otros no creen porque no les da dinero, seguimos juntos monolíticamente para seguir creciendo y amando a nuestro pueblo hasta que los cuatros, los trompos y volantines dejen este espacio, a mis papas y mi hermana grandes alcahuetes de este tránsito.
jueves, 29 de julio de 2010
Desde siempre los hermanos Colina
Los ruidos de la avenida se colaban hacia la ceja abierta de la puerta del apartamento y chocaban igual que las imágenes del televisor blanquinegro de la sala, allí papá , mamá y el futuro hecho hembra, sueños y sonidos que se acoplaron sigilosamente a nuestra cotidianidad de juguetes de lata y tablas medio dispuestas que hacia un escenario improvisado , las tardes extenuantes, el colegio que nos agotaba día a día, las regueras desafiantes de revistas y adornos de fieltro... la calle que era de nosotros y también de nuestros amiguitos, el día era un engendro medio católico y la otra mitad inclinada en casa hacia la zurda que nos encaminó hacía los rostros de un país que estaba agotado de individualidades y oídos sordos , nos despertaba para entonces el frescor del sereno mañanero y nos acostaba la oscura noche, desde aquel tiempo somos los mismos, desde aquel tiempo amamos y respetamos la vida, tradujimos para siempre la infancia y la vivimos hasta que se nos acabe el cuerpo, solo sabemos de compromisos y lealtades, de colores y travesuras con bolígrafo, nos juntamos desde siempre y empuñamos el canto y la guitarra, somos felices...amamos el barro y su capacidad de reinventarse en la vida y en la muerte, creemos en todo lo que otros no creen porque no les da dinero, seguimos juntos monolíticamente para seguir creciendo y amando a nuestro pueblo hasta que los cuatros, los trompos y volantines dejen este espacio, a mis papas y mi hermana grandes alcahuetes de este tránsito.
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