domingo, 12 de agosto de 2012

Alexis Blanco, parte de nuestro Panorama

Coincidimos siempre en las esquinas, subimos continuamente las escaleras mecánicas de su diario de papel, feroz encuentro del sol con su cara de papel, sigue el orden que impone la sangría y también se toma las que no están a la siniestra del papel, suave ventisca que solea en mesas y divinas luces, traduce papel, exhala papel, tinta, sueños y andamios de otros, vacila, no duda, es, persiste, sienta su humanidad en el patio de los coroneles, sus oídos poseen ventrículos, hurga en los rostros de las petacas que sombrean las calles del Empedrao, trashuma nieblas y trae flores, anochece siempre!

 I y es la mañana la que clava el rostro en el rezumo de aquel último beso fermentado, y entonces es ese par de crudas lágrimas las que cuecen ese rocío. Son las manos precipitadas en los bolsillos, la tempestad de besos que truenan en la misma memoria, aquellos que te llevan a encontrarme, muy solitario, pero cambiando heridas por cantos...

 II Portentoso desierto iluminado en el insólito estallido del crepúsculo en la soledad de las tildes en la nota ausente de la tarde en las armonías sin vértigos en los caprichos eólicos de agosto en un día mas que se despide suave, intenso, maravilloso como amantes sin consuelo... 

 III cadencia de una fábula extendida por la sangre como una insólita réplica de todo ese viento que se atreve a escribirte en la piel el comienzo de esa misma fábula...

 IV Fortaleza de las huellas digitales cuando calcan rasgos íntimos de todos los mitos superiores, representados como instintos de las manos floreciendo en sonidos que acompasan ese ulular del viento-escritura, verbigracia, esos míticos registros del corazón entre los dedos...  Alexis Blanco.